Autores:
Categoría:
Trauma
Introduccion:
Las fracturas peri-implante de fémur son fracturas evitables si identificamos los factores de riesgo.
Objetivos:
Analizar los factores de riesgo asociados a las fractura peri-implante, su repercusión clínica y tratamiento
Material y metodología:
Se realizó estudio retrospectivo de fracturas peri-implante diagnosticadas en nuestro centro entre 2010 y 2017. Se recogieron datos demográficos, tiempo hasta fractura: precoz (< 2 meses) y tardía (> 2 meses), patrones de fractura peri-implante (alrededor implante, en la punta o distal), tratamiento antiosteoporótico, intervención realizada, así como resultados clínicos (Mobility Parker Score) y radiográficos.
Resultados:
Se incluyeron 26 fracturas peri-implante (23 mujeres y 3 hombres) con edad media 86,14 años [7.6,70-98]. 18 fracturas se clasificaron como distales al implante (8 en torno a la punta del clavo), 6 a través del implante y 2 inter-implante por encontrarse entre placa bloqueada y clavo. El tiempo medio hasta aparición de fractura peri-implante fue 37.48 meses [41.2,0.6-134], de las cuales 5 se produjeron los primeros 2 meses tras osteosíntesis (4 alrededor del implante, 1 en punta del calvo). Un caso cumplía criterios de fractura atípica. El tratamiento se realizó con clavo largo en 20 casos, cementándose la cabeza en 3 ocasiones, y con placa percutánea los 6 restantes. El 92.3% precisó transfusión sanguínea. El 69,23% caminaba antes de producirse la fractura, disminuyendo tras cirugía a 65%. El Mobility Parker Score fue 4.7 [3.3, 0-9]. Durante el seguimiento, fallecieron 15 pacientes, de los cuales 3 fallecieron el primer mes y 7 el primer año. Se produjo una migración distal del clavo, y el resto de los pacientes consolidó la fractura.
Conclusiones:
Las fracturas peri-implante precoces se sitúan todas alrededor del tornillo distal o en la punta del clavo, siendo debidas a alteraciones de la técnica quirúrgica y por tanto potencialmente evitables. Las tardías por contra se sitúan distales al clavo, relacionándose con la fragilidad. Serían evitables identificando aquellos pacientes que podrían beneficiarse de un enclavado profiláctico largo e iniciando una prevención secundaria de una nueva fractura por fragilidad. El tratamiento más utilizado fue el recambio por un clavo largo. La repercusión funcional tras la fractura peri-implante fue similar a la fractura previa.