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Categoría:
Mano y muñeca
Introduccion:
El miembro superior permite grandes rangos de movimiento. La pronosupinación del antebrazo se trata de un movimiento complejo, facilitado y controlado por controladores estáticos, que serán óseos con una morfología característica (concavidades opuestas), articulares las articulaciones radio-cubital proximal y distal, y ligamentosas, la membrana interósea y el ligamento anular; y dinámicos, musculares, encargados de ejecutar el movimiento en las condiciones marcadas por los controladores estáticos. En caso de alterarse varias de estas estructuras se altera la rotación del radio sobre el eje cubital impidiendo una correcta pronosupinación. Debe evaluarse previo a la reconstrucción los elementos necesarios que deben recuperarse para permitir el movimiento.
Objetivos:
La reconstrucción del antebrazo con un solo hueso altera la capacidad de pronosupinación.Por otra parte la reconstrucción en niños lleva asociado el problema de la adecuación al crecimiento. Ni los injertos óseos ni la reconstrucción microquirúrgica es capaz de adaptarse al crecimiento del paciente, excepto en la transferencia de epífisis vascularizada que se acompaña de una gran morbilidad en la zona donante. Necesitamos por tanto una solución para estos dos problemas.
Material y metodología:
Presentamos tres pacientes, con antebrazos con un único hueso (dos de ellos por síndrome de Gorham -uno en radio y otro en cúbito- y uno por agenesia cubital) reconstruidos mediante colgajo de peroné libre, que permite la reconstrucción de un antebrazo con dos huesos, que junto con la progresiva distracción mediante osteotomía y fijadores externos monorraíl consigue una adecuación al crecimiento del paciente, y una angulación hacia una morfología ósea que permita la pronosupinación.
Resultados:
Presentamos la funcionalidad de los tres pacientes a largo plazo, evaluando la carga y la pronosupinación del antebrazo. Podemos analizar radiológicamente la curvatura y reconstrucción de los dos huesos, evaluar la reconstrucción de los elementos dinámicos, y ver y analizar la longitud en función del crecimiento progresivo y esperable futuro.
Conclusiones:
La distracción del injerto vascularizado permite simular el crecimiento del hueso reconstruido proporcionando una morfología y función adecuada para la edad del paciente. A pesar de la complejidad técnica de la reconstrucción, la recuperación completa de la función del antebrazo la justifica.