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Agujas intramedulares enterradas para fracturas de antebrazo pediátricas. ¿Mejoría respecto a agujas expuestas?

Autores:

PABLO JORDÀ GÓMEZ, JUAN MANUEL ANTEQUERA CANO, Mª ANGELES BLASCO MOLLA, ANTONIO MASCARELL GREGORIO, MARTA SALOM TAVERNER, ENRIQUE PUCHOL CASTILLO

Categoría:

Infantil

Introduccion:

Las fracturas inestables de antebrazo pueden necesitar de un manejo quirúrgico mediante la inserción de agujas intramedulares. Esta fijación puede retirarse de forma precoz si se ha dejado de forma expuesta, pero esto puede provocar mayor riesgo de refracturas sobre un hueso frágil en periodo de remodelado. Como alternativa podemos mantener durante más tiempo las agujas, enterradas a nivel subcutáneo, para proteger el callo óseo.

Objetivos:

Valorar si hay diferencias entre utilizar ajugas expuestas respecto a dejarlas enterradas en pacientes pediátricos con fracturas de antebrazo. Nuestra hipótesis es que al enterrar las agujas y mantenerlas más tiempo conseguiremos mejores resultados reduciendo las refracturas de antebrazo.

Material y metodología:

Presentamos una cohorte de 77 casos revisados de forma retrospectiva comparativa de pacientes pediátricos con fractura de antebrazo entre 2010 y 2016. Se recogieron datos demográficos, lesiones asociadas, técnica quirúrgica y complicaciones, así como el seguimiento del paciente y manejo de las refracturas.

Resultados:

Los implantes se dejaron de forma expuesta en 50 (66%) pacientes y 25 (33%) de forma enterrada. El tiempo medio de retirada de los implantes fue en el caso percutáneo de 6.8 semanas y en el caso de las enterradas de 17.6 semanas. No se hallaron diferencias significativas en cuanto a consolidación (p-valor 0.19) ni en tiempo de inmovilización (p-valor 0.22). Respecto a las refracturas, se observa un mayor número en el grupo de la osteosíntesis expuesta (4 pacientes) respecto a solo un caso con osteosíntesis enterrada, pero sin llegar a presentar diferencias significativas (p=0.49). No se detectan alteraciones en cuanto a las complicaciones postquirúrgicas y con una funcionalidad excelente al final del seguimiento en ambos grupos.

Conclusiones:

Se observan menos refracturas en el grupo de pacientes con agujas enterradas, pero sin presentar diferencias estadísticamente significativas. No diferencias en cuanto a complicaciones ni funcionalidad posterior.